domingo, 12 de junio de 2016

Biznaga (Echinocactus platyacanthus)


Biznaga (Echinocactus platyacanthus)




Nombre científico: Echinocactus platyacanthus Link et Otto.

Nombres comunes: “Biznaga de dulce”, "Biznaga burra",“Asiento de Suegra”.

Biznaga es una especie perteneciente a la familia Cactaceae.
Las cactáceas (Cactaceae) son una familia de plantas zhukulemtass y, en gran mayoría, espinosas, conocidas en conjunto como cactos o cactus.

Esta familia es originaria de América. Sin embargo, hay una excepción, Rhipsalis baccifera, que está extendida en África tropical, Madagascar y Ceilán. Se cree que la colonización del Viejo Mundo por esta especie es relativamente reciente (unos cuantos cientos de años),

Lugar de origen: San Luis Potosí, Coahuila de Zaragoza, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Puebla y Querétaro, Tierra Blanca (Guanajuato) en México.

Taxonomia.
Echinocactus platyacanthus fue descrita por Link & Otto y publicado en Verhandlungen des Vereins zur Beförderung des Gartenbaues in den Königlich Preussischen Staaten 3: 423, en el año 1827.

Etimología.
·        Echinocactus: nombre genérico que deriva del término latino: echino = "erizo" y cactus, donde se refiere a que es un cactus con forma de erizo.

·        platyacanthus: epíteto latino que significa "con una gran espina".


Hábitat.
Valles intermontanos y barrancas profundas.



Descripción botánica general.
·  Tallo globoso, subgloboso, gruesamente columnar hasta toneliforme, muy grande, de color verde oscuro, presentando, en las formas jóvenes, bandas horizontales de color rojizo purpúreo; ápice hundido, llevando abundante lana amarillenta que forma una amplia zona lanosa circular o más o menos elíptica. 

·        Costillas gruesas y duras, cuyo número aumenta con la edad, de 5 a 8 en las formas juveniles hasta alrededor de 60 en las formas columnares viejas, Aréolas, en los ejemplares jóvenes, distantes entre sí; en los ejemplares adultos, contiguas o confluentes.

·        Espinación variable en relación con la edad de la planta; todas las espinas grandes y gruesas, subuladas o más o menos aplanadas, al principio amarillentas hasta con tintes rojizos, después más o menos castañas y al final negruzcas.

·        Flores numerosas emergiendo entre la lana del ápice, diurnas, abriéndose ampliamente.

·        Fruto seco, largamente oblongo, amarillento, escariosas, con lana y pelos axilares que cubren la pared del fruto; conserva adheridos los restos secos del perianto.

·     Semillas de testa negra, brillante, hilo basal lateral, micrópilo pequeño, próximo al hilo.


Distribución.
  • La mayoría de las biznagas se encuentran en las zonas áridas y semiáridas que ocupan más de la mitad del territorio mexicano (casi 100 millones de hectáreas).
  • Las zonas áridas norteñas están representadas por los desiertos de Chihuahua (Chihuahua, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí y porciones de Durango, Nuevo León e Hidalgo) y de Sonora (Baja California, Baja California Sur, Sonora y una parte de Sinaloa).
  • Por su parte, en el centro del país hay una importante región árida que abarca los estados de Querétaro, Oaxaca y, particularmente, Puebla, en la zona conocida como Tehuacán-Cuicatlán.


Usos de las cactáceas en Mexico.
En la actualidad el empleo de las cactáceas es muy amplio: son fuente de alimentación (tallo, flor, fruto y semillas), sirven como material de construcción, como combustibles, colorantes y forraje, y varias de ellas son elemento indispensable en los rituales religiosos de algunas comunidades indígenas.

Las biznagas, por su parte, son utilizadas primordialmente con fines ornamentales, aunque algunos de sus frutos son preciados manjares, como sucede con las flores sin abrir o botones, conocidas como “cabuches”, y con la pulpa de algunas biznagas se confecciona un dulce tradicional muy apreciado y usado en la cocina mexicana: el acitrón.



Las biznagas.
  • Son plantas muy bien adaptadas a la vida de estas inhóspitas regiones.
  • Su forma esférica puede reducir al mínimo la pérdida de agua por evaporación y conservarla en sus tejidos por la disminución de la superficie transpiratoria.
  • Asimismo, como el resto de los cactus, las biznagas tienen flores grandes, aromáticas y de vistosos colores que atraen a mariposas, colibríes, murciélagos, abejas y abejorros que contribuyen a su polinización.
  • Sus frutos, tanto jugosos como secos, son alimento de reptiles, aves y pequeños mamíferos que ayudan a la dispersión de las semillas. Crecen muy lentamente y requieren de plantas “nodrizas” que les proporcionen sombra y humedad, especialmente durante la germinación y sus primeras etapas de crecimiento.
      
  • Florece en verano cuando llega a su fase adulta. Tienen forma de embudo y poseen colores muy intensos amarillos, naranjas, rojizos, rosados y blancos.
  •  Crece de forma muy lenta, pero puede llegar a vivir más de 100 años. Es muy fácil de cuidar debido a su crecimiento programado: sabes perfectamente cómo va a crecer puesto que no puede sacar ramas y es muy difícil encontrar hijuelos.
  • Sus espinas suelen ser de color amarillo, pero puede variar entre las numerosas especies.
  • Es recomendable que le dé luz, pero sin excesos de sol en verano, ya que le puede producir quemaduras.
  • Es bastante sensible a las cochinillas y pulgones, por lo que se recomienda un tratamiento preventivo en primavera.



Ubicación entre la familia de las cactáceas.

La familia de las cactáceas posee tres subfamilias, una de ellas es la Cactoideae, que a su vez está compuesta por nueve tribus; entre éstas se encuentra la Cactaceae y a ella pertenecen los cactus con tallos esféricos, globosos o con forma de barril y con costillas.

Aunque para mucha gente las biznagas son todos aquellos cactus más o menos esféricos, para los especialistas las biznagas son sólo los cactus esféricos de los géneros Echinocactus, Ferocactus y una especie del género Melocactus.

Parece ser que la palabra “biznaga” (acuñada en 1495) proviene del árabe bistinaga, derivada del latín pastinaca, que significa “zanahoria”.



Ligues culturales.

La fascinación que entre los pueblos prehispánicos despertaban las cactáceas y su papel en las sociedades como parte fundamental de sus tradiciones, quedaron plasmados en códices como el Mendocino, el De la Cruz-Badiano y el Florentino.

Los antiguos mexicanos denominaban a las biznagas con el vocablo náhuatl huitznahuac, que literalmente significa “rodeada de espinas”, de huitzli, “espina”, y nahuac, “alrededor”. Asimismo, llamaban a sus frutos teocomitl.

Se dice que a su regreso a España, Cristobal Colón llevó algunas cactáceas que despertaron verdadera admiración por su peculiar belleza.

Entre los primeros escritos en que se habla de los cactus se encuentran un volumen llamado Historia de las Indias, fechado en 1535, de Gonzalo Hernández y Valdez, y otro más, de 1570, de Petro Peña y Mathias L’Obel.




¿Qué problemas han tenido las biznagas?

·        Cuando los españoles llegaron a México, la rareza y hermosura de los cactus los sorprendieron a tal grado que comenzaron a colectarlos y a enviarlos a Europa, iniciando así un comercio que a lo largo de los años los ha llevado a ser uno de los grupos de plantas más amenazados en nuestro país.

·        Pero no fue sino hasta el siglo XIX cuando esta actividad se convirtió en una seria amenaza para las cactáceas, y el saqueo de plantas y semillas de sus hábitat naturales ha sido constante y desmedido desde entonces.

·        Los coleccionistas ofrecen grandes sumas de dinero por ellas, creando una enorme red de tráfico ilegal que colocan a muchas especies en riesgo de desaparecer o amenazadas.

·        Diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales, junto con varias universidades, desarrollan estrategias de conservación encaminadas a la protección y preservación de las cactáceas, tales como las áreas naturales protegidas, la propagación y cultivo de cactus en viveros y el establecimiento de una legislación que propicie su uso sustentable, adhiriéndose a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).







Integrantes.
Hannia P. Molina Sánchez.
Ángel Martínez Castro.
Noemí Sánchez Olivera.

Oscar Ivan Tornel Mendoza.



Bibliografía.



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